Parte de los modelos cognitivo-conductuales, es decir de la psicología rigurosamente científica y académica. El proceso consta de 4 partes:

1- La evaluación – Donde en un numero limitado de sesiones (entre 2 y 4) obtenemos la evaluación y analísis funcional del caso que, durante esas primeras sesiones, nos ha relatado nuestro paciente.

2- La Devolución de información – En el transcurso de una consulta explicamos al detalle los resultados de nuestra evaluación. No se trata de dar una frase del tipo «Usted tiene un trastorno del control de impulsos agravado por un episodio ansioso/depresivo consecuente a la patología de origen…». No, no es eso. Se trata de traducir al lenguaje del paciente y desarrollar al máximo la explicación para que obtenga ya su primer instrumento de mejoría: entender que le pasa.

3- La Terapia – Su duración es muy variable y depende al 100 por 100 de la evaluación obtenida. Se suele diseñar, y acordar, un plan de terapia con el paciente (normalmente de periodicidad semanal) en el que, en cada sesión se proponen técnicas científicas encaminadas a solventar cada uno de los síntomas que le aquejan. La curación estara enacaminada a motivar al paciente para que desarrolle un esfuerzo que genere mejoras tempranas.

4- El seguimiento – Una vez superados los principales problemas que trajeron al paciente a consulta se pautan una serie de sesiones, espaciadas en el tiempo (cada mes o cada semestre) para confirmar la solidez de los cambios logrados en el tratamiento.